El bigote.
Sospechamos que fue el encanto de su bigote lo que enamoró a Francesca.
En cambio, las razones de Emili las conocemos de sobras, pero escribiremos sobre ellas más adelante, cuando hablemos de su bien conservado diario.
Francesca era unos años mayor que él y además era la jefa. Emili era un dependiente en la cerería y estaba profundamente enamorado. Su boda estuvo llena de sonrisas y sombreros y es gracias a ellos que estamos hoy aquí.
Hemos creído que era justo recordarlos.
Francesca Abella, fundadora de la cerería.
Curiosamente, su apellido en catalán significa abeja.
Emili Oller y su bigote.
Emili Oller, lecciones de estilo.
Emili, otro dependiente, Francesca y Maria Abella de niña: la siguiente generación.
Plaza del Pedró en Barcelona hacia 1862, cuando la cerería fue inaugurada.
Francesca Abella y Emili Oller: la boda.